Me llaman de una revista euskaldun para recoger mi testimonio acerca de Ignacio Gasca Poch. La periodista que pregunta es jóven, demasiado jóven. Noto desde el fondo de mi alma que estoy tratándole con una mezcla de displicencia y paternalismo.
Nunca me ha gustado compartir con extraños las afinidades con los mitos. Cuánto menos con una muchacha recién llegada a este redondel que expone un cuestionario por encargo de un anónimo jefe de redacción.
Cuando acabo la entrevista me entra la desazón. Diez años de la muerte de Poch y parece que saltan automáticamente las alarmas. Personas muy enteradas como Cruz Larrañeta me dicen que se preparan homenajes. Me siento cabreado. Me siento celoso y considero estas iniciativas con una rivalidad siniestra. Todos sabemos cómo es el alma humana. Quiero ser sincero y ya comprendo que sólo soy terriblemente injusto.
Reflexiona: Hace ya unos años que le propusiste a Mikel Aguirre de La Buena Vida un proyecto de álbum recopilatorio conjunto (tal y como ha hecho Jocano con Gainsbourg). Lo has hablado mil veces con los compañeros de Amor a Traición como José Puerto y Endika Cámara; con tu hermano Iñaki Berrio; con Iñaki de Lucas y Joshemari Huarte, con Cheli Lanzagorta, con Antxón Peón, con Diego Vasallo...
Muchos de la generación han desaparecido. Muchos más han abandonado las calles. Es muy difícil mover las cosas y los días pasan vertiginosamente. Se hicieron homenajes en Madrid promovidos legítimamente por Alejo Alberdi y sin duda se seguirán haciendo en el futuro. Compañeros: ¿Y nosotros?
No me puedo creer que no vayan a ver mis ojos el día del tributo genuinamente donostiarra al artista genial que conocimos.
¿Pero... cómo llevarlo a cabo?
Perdonen el tono elegíaco que viene ahora pero no encuentro otro modo de hacer este llamamiento:
Escribo esta carta abierta con la esperanza de reunir en torno a Poch a todas aquellas personas que lo frecuentaron, que lo admiraron o le quisieron en sus días. A los contemporáneos, y a todos aquellos que no habiendo conocido al artista oyeron hablar de sus aventuras y desventuras, o bien han escuchado ocasionalmente sus alucinantes canciones. Quisiera recoger las adhesiones, tanto de la vieja escuela, como las de la sangre jóven más inquieta, y juntar experiencias, encuentros y desvaríos tremebundos, como no pudieran ser de otra manera.
Revisemos su obra al margen de la tragedia: Poch Pinza escribió más de medio centenar de canciones en sus 43 años de vida convulsa, y siento que ese repertorio fundamental no ha perdido ni una pizca de vigencia. Opino que esas grandes canciones deben salir del rincón oscuro y continuar sonando en los equipos; Del mismo modo, los textos demenciales, los textos manicomiales de sus letras, deben seguir inspirando a los autores, si aún nos queda algo de cordura en la cabeza. Es necesario que Las Hornadas Irritantes insistan una vez más en aberrar por las calles de la ciudad de San Sebastián, ahora como entonces. Ha de ser así... si es verdad que el Punk no ha muerto.
Dejemos al margen las instituciones y oficialidades. Los escenarios de esta nueva Luces de bohemia valleinclanesca tienen que ser las travesías que Poch recorriera: El Anémonas y el Tanit de Amara Nuevo; El Huerto de Reyes Católicos; El Bukowski de Egia; La calle Ronda en el barrio de Gros donde viviera; La Iguana y el Zikuta de la Parte Vieja; Sagüés de los surfistas...
Puede ser que muchas sitios de estos sean fantasmales y ya no existan y es mejor así. Las generaciones se suceden irreparablemente. Nuevos escenarios y nuevas derrotas pueden abrirse ante nosotros. Veamos cuáles son. Pongámonos de acuerdo.
A 25 días del mes de mayo de 2008 decido abrir este foro virtual con plena conciencia y no poca sensación de apuro... pero está hecho: Si os parece vamos a poner en claro cómo lo hacemos y dónde lo hacemos.
Compañeros: sean todos bienvenidos. Ongi etorri denorik. Iñaki Gasca Poch lo merece.
Rafa Berrio
25 mayo 2008.
Donostia.