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¿QUÉ ES LA CULTURA JUVENIL?
¿QUÉ ES LA CULTURA JUVENIL?
2010-05-04 - 2950 visitas - Tags: , , , , ,
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   ¿Qué es la cultura juvenil?  ¿Podría decir que estoy dentro de ella?, ¿Cómo se expresa, culturalmente hablando la juventud hoy en día?.

   Me pregunto esto porque el día del trabajo lo pasé en la bilbaína calle 2 de mayo, con motivo de uno de sus ya populares rastros, para mi fue un día muy especial ya que pude disfrutar del arte de ver personas distintas y caras nuevas, muchas caras nuevas, algunas interesantes y otras no tanto; pero todas con un denominador común: unas tremendas ganas de participar en algo, de construir, de salir a la calle a decir aquí estoy yo.

    Me encantó, pero la tristeza me inundaba al pensar que quizá yo, debido a mi edad, esté fuera de lo que se considera cultura juvenil, a pesar de que opine que estoy en mi mejor momento.

   Imagino que este sentimiento estará en muchos de vosotros y pocas veces-o ninguna- os paréis a pensar en ello.  Me pregunto: ¿estaré fuera de esto?, ¿me verán como un viejales totalmente fuera de onda?. Sinceramente  me trae un poco sin cuidado ya que mi corazón y mi cuerpo saben  donde tiene que estar, pero son dudas que me asaltan y a pesar de que muchas películas ya me las sepa, sigo teniendo ilusión por hacer cosas nuevas y sobre todo por aportar y compartirlas y de ahí estas líneas: el animar desde aquí a que días como este de ayer en Bilbao o en cualquier ciudad, sean algo cotidiano y no sirvan para asustar a los vecinos de una calle y una zona de por sí deprimida sino para que ellos también se involucren en actividades como la que ayer vivimos.

 Me encantó ver como los allí presentes iban de un sitio a otro. De una galería a un puesto callejero, a un bar; como se ponían discos en un taller de creatividad, en un escenario en la calle, en un espacio artístico o en un bar asediado por la presencia policial debido a un vecino tocapelotas. Me encantó ver como las más de mil personas que por allí pululaban a lo largo del día, estaban felices,  radiantes y se enlazaban las conversaciones, unas con otras, unos grupos con otros. No tenías la sensación de perderte de tus amigos, ya que era una tertulia en la que participaban miles de personas sin atropellarse los unos a los otros.

              Te hablaban de este sello de discos que está reeditando cosas de los años treinta o de lo que está pintando este chico que además hace cosas relacionadas con la moda, o de aquél mercado de un barrio desconocido de Londres que no tiene nada que envidiar a Candem Town. Pero sobre todo, el sentimiento y deseo común era el de que aquello se convirtiera en algo cotidiano, en un punto de encuentro de gente con inquietudes comunes y que por los motivos que sean no quieren dejarse ver por la noche(o sí), en un espacio en el que cualquiera tenga algo que decir y sobre todo compartir.

   Como dice mi amigo Álvaro Heras, cosas como la que ayer vivimos son necesarias para poder intercambiar impresiones con gente como tu y que habitualmente no puedes cruzarte con ellos en tus círculos habituales. De hecho era una de las preguntas que me asaltaban a lo largo de la jornada ¿pero dónde se mete toda esta gente habitualmente?

  Disfruté como un niño  con el sólo hecho de ver personas que sólo por su aspecto me parecían interesantes en uno u otro sentido, con el sólo hecho de ver a Igu feliz porque se podía poner música en su Club capado por una normativa leonina, con el hecho de ver a gente de Vitoria que subía y bajaba la calle, con el hecho de estar oyendo los discos de Chulina en el Bullit y luego los de su novio, en una galería de arte, con el hecho de estar dentro del bullicio, con el hecho de tener una sensación de libertad sabiendo que esta vez no iba a venir la policía a bajar el volumen o con la corazonada de que días como el de ayer se volverán a repetir y cada vez con más intensidad.

   Es necesario y contingente que la gente pueda disfrutar de espacios e iniciativas como esta  para poder salir de sus rutinas, para poder ver y  comprar cosas que habitualmente no ve en las tiendas. Pero sobre todo para compartir momentos a veces mágicos y a veces no tan mágicos con personas como tú y para conocer personas nuevas e intercambiar opiniones  y quien sabe si algo más con ellos.

   Quizá en las próximas ediciones se podría plantear la posibilidad de incluir teatro de calle en el que se vea involucrado todo el público, o exposiciones vivas, o incluso, títeres para niños. La calle siempre ha sido un espacio de expresión y por qué no ahora puede seguir siéndolo si además es con el consentimiento del consistorio.

   Así que desde aquí, desde mi humilde teclado, GRACIAS, a todos los responsables de esta iniciativa y que sean muchas más. Nos vemos en el próximo.

  Y sí, que siga la juventud manifestándose culturalmente hablando, que sigan sacando sus creaciones a la calle y que sigan compartiendo sus inquietudes unos con otros, sin tener en cuenta la fecha de nacimiento.

 

Edgar Reina.

 

  Como siempre: salud y anarquía.

 


Comentarios:

Carlos G. De Marcos - 2010-05-05 12:04:19 -
La juventud y la cultura no existen, son dos términos que pertenecen al mito. Existieron, en un tiempo remoto, pero se extinguieron.

Antaño la juventud era entendida como la franja de edad que va desde el final de la infancia hasta el momento en que el joven comienza a ser adulto y acepta sus responsabilidades para con el mundo (1) (lo verdaderamente dichoso sería que las tomara para con SU PROPIO mundo y únicamente aquellas responsabilidades para las que está preparado y dispuesto a aceptar, con todas sus consecuencias y recompensas. Esta es la verdadera esencia de la Anarquía. Otro día hablamos de ello, Édgar, ya que veo que te declaras anarquista). Ahora esa juventud se ha convertido en otra cosa (con lo que ha muerto), en una cosa elástica y voluble, difícil de definir. ¿Es joven un hombre de cuarenta años? Obviamente no, aunque los medios de comunicación así lo señalen en más de una ocasión: Ha muerto un joven de cuarentaidos años en accidente de circulación, dicen los titulares. Pura gimnasia verbal que únicamente sirve para confundir y modelar la realidad al modo y manera que desean los medios coactivos y de poder; quienes, una vez más, rinden pleitesía a la gigantesca maquinaria neo-liberal y capitalista.
El mercado debe llegar a todos y, los JOVENES, son los más dispuestos a rendirse a ese mercado porque creen que en él encontraran los productos mágicos que les procurarán la felicidad. Entonces lo que se debe de hacer es ampliar esa franja de edad y brindársela a personas con mayor nivel adquisitivo. Juventud, divino tesoro, reza el dicho y todos lo hemos creído y hemos pensado que llegar a la edad adulta es poco menos que una maldición. Memeces. Juventud, divino tesoro, sí, pero para el comerciante. No en vano fue una marca comercial como El Corte Inglés quien hace años amplió la edad de la juventud hasta pasados los treinta en sus campañas jóvenes. Y no, no estoy delirando. Otra muestra sutil es la gazte txartela que cada año va ampliando su coto de edad.
Otro ejemplo de la sutileza del mercado es la atracción que sienten sobre el mundo gay, en líneas generales de un gran nivel adquisitivo. No subestimemos el poder del mercado y su propaganda, su lenguaje directo y supresor del pensamiento a través de la reiteración y el lavado de cerebro, de imponer una realidad sobre otra. La publicidad, es decir, el mercado, puede cambiar la comprensión del mundo y la realidad. Y no hablo por hablar.(2)

En cuanto a cultura es éste otro término aun más viciado, totalmente corrompido. Si entendemos por cultura los productos que nos ofrece la industria del entretenimiento estaremos perdidos. Para esta industria es mucho más digno y elevado (cicatero en realidad) disfrazar estos productos con la patina o el sello de cultura, pues de este modo simula ser algo transcendente. ¿Es cultura Madonna, Ana Rosa Quintana, la saga Crepúsculo, Matrix o Vin Diesel? Claro que no. Pero ellos lo venden como si así fuera. Incluso algunos entretenedores reciben ayudas gubernamentales disfrazadas de ayudas a la cultura, cuando lo que hacen es ofrecer ayudas a un negocio.
Creo que debemos ser muy cautos sobre este particular y hacer distingos entre qué es cultura (o arte) y qué entretenimiento (o cruel comercio). Muchas de las bandas que nos gustan están en esa frágil frontera que separa una cosa de la otra. Aunque para ello se inventó aquello de la cultura Popular, que viene a ser a la alta cultura como la zarzuela a la ópera. Incluso dentro de la tal cultura popular encontraremos cimas de creatividad y simas de estulticia, insultos a la inteligencia.
Tu mismo, Édgar, te confundes entre cultura y otra cosa al decir: Te hablaban de este sello de discos que está reeditando cosas de los años treinta o de lo que está pintando este chico que además hace cosas relacionadas con la moda, o de aquél mercado de un barrio desconocido de Londres que no tiene nada que envidiar a Candem Town.
Carlos G. De Marcos - 2010-05-05 12:05:25 -
Luis Buñuel es arte, los hermanos Wachosky, no, y ambos han hecho películas. Coil o Elliott Murphy son cultura, Madonna o Lady Gaga, no.




(1) Casi todos los pueblos o civilizaciones primitivas han tenido ritos o ceremonias que marcaban el paso de la infancia o juventud a la edad adulta, superando una prueba útil para la sociedad donde uno se desarrolla y certificando esa misma utilidad. En nuestra más moderna sociedad lo más parecido a este rito fue el ingreso al servicio militar, del que se salía hecho un hombre (esto era repetido constantemente por nuestros tíos, primos mayores o vecinos). Hoy día no tenemos nada parecido, uno se hace adulto cuando una buena noche se ve en un garito, cerveza en mano, mira a su alrededor y se descubre como el mayor de todos ellos.

(2)Son las pantallas las que han pasado a vigilar el mundo (al estilo 1984). Un mundo que filtra la realidad a través de las pantallas. La vida se ha convertido en espectáculo de consumo de masas y la realidad necesita ser filmada y verse en una pantalla para que se considere real
Edgar Reina - 2010-05-05 18:40:39 -
Carlos completamente de acuerdo contigo, no puedo ponerte ni una sóla coma. Una vez más la profundidad de tu mensaje me deja ko. Y por eso pregunto¿qué es hoy en día la cultura juvenil??
Carlos G. De Marcos - 2010-05-05 19:32:44 -
Gracias, Édgar.

Sinceramente, me importa bien poco la cultura juvenil, a no ser que denominemos con ese apelativo al modo en que hemos entendido (entendemos) nosotros la música y sus circunstancias. Es cosa de los jóvenes no dejarse embaucar y pelear por su sitio y hacer oír su voz.

Los mejores trabajos de Arthur Rimbaud los escribió antes de cumplir los veinte años. Una figura como esta me parece imposible de repetirse ahora, bajo nuestros parámetros. Máxime entendiendo que hoy en día el concepto de cultura está completamente prostituido y postergado; servidor de los propósitos comerciales. Hoy día el creador, el pensador o el intelectual no sirven para nada. Cuando no rinden pleitesía a su amo con asombrosa fidelidad. Ya abemos, el amo silba y el perro mueve la cola esperando su ración.

Los jóvenes lo tienen jodido. Los estímulos que reciben son, en el mejor de los casos, confusos; cuando no decididamente estupidizantes. Hay que tenerlos muy bien plantados y mucha voluntad para discernir lo verdaderamente válido y creativo de la filfa. Y es curioso que en estos tiempos de información abundante y expres, no se sepa distinguir el arte de la chabacanería. De ello no están exentos los propios artistas. ¿Es arte la carrera de audiovisuales cuando esta se estudia pensando en un futuro profesional? No. ¿Es arte la carrera de Bellas Artes cuando los estudiantes no tienen la capacidad de aprehender la verdadera dimensión de la pintura, su símbolo y su magia? Desde luego que no.

Me parece a mi que hoy en día se educa y se culturiza con la intención de crear bellos macacos de encefalograma plano y ganas de consumir. Un asno más para la noria.
Edgar Reina - 2010-05-05 20:20:37 -
Sigo estando al cien por cien de acuerdo contigo, Carlos, creo que ya hablamos de ello en tu fb...y sigo sin cambiar de opinión. Hoy en día no interesa el librepensamiento, ni la iniciativa. Sólo la alienación de la población y la castración de las inquietudes a través del soma que nos ofrece una sociedad, puritana que pretende llamarse plural y global, nunca he querido pertenecer a algo plural, ni mucho menos global y no quiero pertecer a ello ahora y por supuesto, no creo que lo haga nunca.

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