Roberto se ha ido. Marchó hace unos meses, como siempre; embarcó en su gasero dispuesto a surcar los mares de Asia y así lo hizo hasta que el domingo se fué.

Nos dejó. En su camarote, en su cubículo su cuerpo decidió dejar su alma y tomar otro rumbo distinto al que él en breves días tenía prepado para reencontrarse con sus amigos, con sus compadres. Se sintió indispuesto, cansado, tan cansado... que al acostarse decidió dormir para siempre.

A Roberto le gustaban los Who de Tommy, los primeros Stones y los Chesterfield Kings, sobre todo éstos. Siempre hablaba con pasión de su bolo en la desaparecida sala En Canal allá por los noventa. De como le fascinó su imagen, su sonido, su espectáculo.

Era pequeño, nervioso y apasionado, muy apasionado de lo que le gustaba: la música, el remo, enredar con cachivaches, hablar durante horas sin callar y sobre todo pintar de blanco la vida. Quizá haya sido esto, su afición a los colores claros lo que le ha llevado a otro estado, lo que ha borrado su nombre de la lista de los vivos.

Cosas del vivir, cosas de opciones o de elecciones. Elecciones tomadas libremente que se acaban convirtiendo en ataduras y en causa de dolor para los que nos rodean y nos quieren...

Cuando ponía discos(yo, no él) era siempre de los primeros en llegar y de los últimos en irse y nunca la faltaba una palabra amable, agradable para dedicarte, incluso cuando en tantas ocasiones se ponía sarcástico, vacilón y hasta tocapelotas. Hasta eso se le perdonaba porque Roberto o pelo de rata, como se le decía, aún no sé muy bien por qué, era una buena persona, buena gente que dicen en el Sur. Un tipo lleno de vida, lleno de libros, lleno de ansiedad, y probablemente lleno de miedos, lleno de muchas cosas buenas pero vacío de maldad, de mala idea, de doble intención. Era como se le veía. Tímido, enclenque, asustadizo, muy amigo de sus pocos amigos, buen tipo con sus miles de conocidos.

Una persona de esas que no te deja indiferente, por su actitud, por su excentricidad o por su forma de reirse del día a día.

Roberto¿qué te atormentaba?, ¿qué guardabas para tí sólo? siempre me pareció irreal tu afición al blanqueo, siempre me pareció excesivo y a veces fuera de lugar. Pero era tu opción, fue tu elección y dado que aparentemente sólo te afectaba a tí y jamás tuviste una mala palabra para nadie( que no se lo mereciera), había que respetarlo, era parte de tí, era parte de tu idiosincracia.

Fue el domingo por la tarde cuando una llamada de teléfono me dió la última noticia. Me dejó frío, sin saber qué hacer. Pasmado. Muchas ideas me venían a la mente, pero una se repetía sin cesar: eres demasiado jóven, eres demasiado jóven, eres demasiado jóven, joder.

Treinta y ocho años son muy pocos para irse a dormir así, sin avisar, sin despedirse...Pero hasta para eso has tenido elegancia, has sido discreto. No has querido incordiar, no has querido molestar, no has querido revisar viejos enfados. ¿Estába todo dicho verdad?.

Es posible que hasta el momento de tu partida estuviera todo dicho ya que no eras del tipo de persona que deja cabos sin atar, puntada sin hilo. Pero está claro que quedaban aún cosas por decir, noches por alargar, libros que leer. O quizá no...quizá estuvieras ya cansao de la vida.

Bien mirado viviste dos o tres vidas. Has sabido sacar todo el jugo que tus casi cuarenta años te han dejado. Has aprovechado cada minuto de consciencia, incluso los has multiplicado por dos o por tres en ocasiones y eso, nos guste o no, es de admirar.

A tu ritmo, a tu paso, rápido para algunas cosas, lento para otras. Pero siempre seguro y firme, a pesar de tu talla...siempre firme.

Una vez más habrá que respetarte, habrá que acatar tu decisión, pero como diría nuestra amiga:colega, menuda putada nos has hecho.

Hoy me decía uno de tus íntimos, de tus pocos amigos que ya no le quedaban lágrimas que no sabía para donde tirar la cabeza, porque tú Roberto, le has dejado tirado. Esto es egoismo puro y duro, es egoísmo.

Es egoísmo por parte de quien toma direcciones u opciones pensando que no afectan a nadie más y es egoismo por parte de quien piensa en el dolor que le ha causado esa decisión tomada por su amigo. Pero es egoísmo motivado por amor, por cariño,por aprecio.

Ojalá este egoismo nos haga pensar un poco más en quienes nos quieren, en quienes rodean. No podemos hacerles putadas como esta. No podemos hacer que nuestro egoísmo convierta en egoístas a nuestros amigos.

Adiós Roberto, espero verte aquí, allí o donde sea.

By Edgar Reina, salud y anarquía.