Cuando te enfrentas a un trabajo tan descomunal, la descripción de la obra o la propia reflexión sobre su contenido se convierten en innecesarias, la transcendencia del momento, las obsesiones del artista se convierten en tu propio lenguaje subterraneo, en los códigos de conducta que pretendes ocultar, en tus propias fantasías sexuales que nunca lograrás realizar.
Araki es el bofetón que logra ponerte en el lugar que te corresponde, no en el lugar de los demás. Sus personajes somos nosotros mismos comiendo carne cruda. Su fotografía es caníbal, es radiactiva, su origen reside en la Bomba Atómica, el Bondage es el hilo conductor de la belleza misma. Una sociedad enferma de si misma.
El CANIBALISMO acaba de empezar.