The Pop Group was a post-punk band from Bristol, England whose dissonant sound spanned punk, free jazz, funk and dub reggae. Their lyrics were political in nature more often than not.
Formed in 1978 by Mark Stewart (lyrics, vocals), John Waddington (guitar), Gareth Sager (guitar), Simon Underwood (bass) and Bruce Smith (drums, percussion), they issued their debut single, 'She is Beyond Good and Evil' on Radar Records the following year.
Their debut album Y, was produced by reggae veteran Dennis Bovell to critical acclaim but low sales figures. Although it did not chart, the album's success was sufficient to convince Rough Trade to sign the band, but not before more line-up changes, with Dan Katsis replacing Underwood on bass.
The band's career with Rough Trade commenced with what is possibly their best-known single 'We Are All Prostitutes', which featuring a guest appearance by free improviser Tristan Honsinger on cello. This was followed by the release of their second album, For How Much Longer Do We Tolerate Mass Murder? in 1980, which included a contribution from US proto-rappers The Last Poets.
Shortly afterwards The Pop Group released a split single, 'Where There's a Will...', with The Slits, a band with whom they now shared a drummer and managers (Christine Robertson and Dick O'Dell), as well as a growing interest in exploring musical genres such as dub and funk rhythms.
The band split in 1981, after legal wranglings and internal disagreements. Members of the group went on to form bands including Pigbag, Maximum Joy, Head and Rip Rig & Panic, the latter notable for the involvement of Neneh Cherry.
Singer Mark Stewart, meanwhile, collaborated with the On-U Sound posse, issuing records firstly as Mark Stewart and Maffia, then as a solo artist.
The Pop Group and associated bands started a Bristol 'scene' that would later spawn trip-hop.
The Pop Group's poster for 'We Are All Prostitutes' featured prominently in episode 2 of the BBC series Ashes to Ashes, which led to a fan of the band blowing up his father's pub.
Supermodel Agyness Deyn (Laura Hollins) has been photographed wearing a The Pop Group t-shirt.
- Y (album, 1979, Radar Records; reissued on CD by Radar in 1996 and Rhino Records in 2007)
- 'She Is Beyond Good and Evil' / '3.38' (single, March 1979, Radar Records)
- For How Much Longer Do We Tolerate Mass Murder? (album, 1980, Rough Trade Records- includes collaboration with The Last Poets)
- 'We Are All Prostitutes' (single, 1980, Rough Trade Records)
- 'Where There's A Will...' (single, 1980, Rough Trade (split release with The Slits: 'In the Beginning There Was Rhythm'))
- We Are Time (album, 1980, Rough Trade semi-bootleg compilation of live tracks, demos and out-takes)
- We Are All Prostitutes (retrospective compilation album, 1998, Radar Records)
- Idealists In Distress from Bristol (official bootleg compilation album, 2007, Vinyl Japan, double CD , Japan only release)
THE POP GROUP
Y
1979
El motor creativo de The Pop Group hay que buscarlo en el hecho de que eran un grupo de adolescentes que, aprovechando la coyuntura punk, apretaron el acelerador para expresar de manera confusa, intuitiva e incluso audazmente cacofónica el crisol musical y cultural de Bristol, uno de los núcleos esenciales en la creación de la música popular de los últimos treinta años. Así, Y abre caminos en los que confluyeron el punk, el funk, el dub reggae, el free jazz o el krautrock. Si este paisaje sonoro que ellos crearon no resultó en algo estéril o carente de interés es porque esta aparente cacofonía estaba condenada a ocurrir tarde o temprano.
Bristol conserva aún hoy en día la dolorosa marca de ser uno de los centros más activos en el comercio de esclavos. Mires por donde mires en la ciudad portuaria inglesa puedes encontrar restos de este pasado, no solo en el barrio de St Pauls –centro neurálgico de la comunidad afrocaribeña- sino también en el mismo centro de la ciudad, en edificios construidos por la iniciativa y el dinero ensangrentado de Edward Colston, uno de los mercaderes que más se enriquecieron con el comercio de esclavos en el siglo XVIII. Precisamente este mes viene un reportaje en la revista Wire sobre Bristol, que da comienzo más o menos donde termina la historia de The Pop Group, y en el que se señala que, por ejemplo, Massive Attack nunca han actuado en el Colston Hall por el pasado que tiene ese edificio, a pesar de ser la sala de conciertos más potente de la ciudad. Como parte del cuestionamiento del pasado imperialista llevado a cabo en el punk, y como consecuencia de la activa presencia de blanquitos en el barrio de St Pauls, era cuestión de tiempo, como ya he dicho, que surgiese un grupo como The Pop Group.
Y es una revolución musical en toda regla, la entrada del punk en una fase cubista –nótese que también Picasso adoptó formas artísticas africanas en su obra-, un descarado ataque frontal al sentido de la música y al formato de canción punk, pop o punk-pop. Su música estaba más cerca de los presupuestos democráticos de Ornette Coleman y su teoría de los harmolódicos. Su intención era bien sana, la de romper con las barreras culturales, cuestionarse todos los presupuestos sobre los que se basaba su sociedad. En el corazón de las tinieblas que se refleja en su música vemos una angustia existencial fruto de un exceso de información que solo puede ser digerido a medias, una información incómoda y desagradable, por otra parte, que les llevó a hurgar en el territorio resbaladizo que separaba (y separa) nuestra idea sobre civilización y salvajismo. En su mezcla de intuición infantil y fetichismo por el primitivismo recuerdan al interesante grupo artístico COBRA pues, en efecto, casi todas sus canciones parecen garabatos infantiles que, de manera inquietante, parecen ocultar los aspectos más desagradables de la humanidad.
Pero los de Bristol no estaban solos en su audacia vanguardista: This Heat, James Chance, Talking Heads, Wire, PiL, The Slits –estas últimas durante un tiempo en el sello de los propios The Pop Group- y otros grupos tuvieron inquietudes similares en la misma época, lo que demuestra la relevancia histórica de sus prácticas. La particularidad de The Pop Group residía en su capacidad para marearnos con las múltiples referencias y líneas melódicas abortadas a mitad de camino que se pueden encontrar en sus temas o composiciones. De manera caótica e intuitiva, tuvieron la inmensa suerte o el gran talento de capturar algo cuyo efecto es parecido al de la luz capturada en un calidoscopio, y es que su música también tiene una importante veta psicodélica, muy peculiar, eso sí. Más sobre las conexiones entre psicodelia y post-punk próximamente, por cierto.
Pero tanto dejarse llevar por la intuición conlleva sus riesgos: a Y se le puede aplicar la misma crítica que a el Corazón de las tinieblas de Joseph Conrad o el Apocalypse Now De Francis Ford Coppola, que es la de un racismo latente en esa visión de civilizaciones tribales y tercermundistas como depositarias de nuestras peores pesadillas. Sin embargo, yo no estoy de acuerdo con esta teoría, desarrollada a partir de un combativo artículo del escritor nigeriano Chinua Achebe, titulado de manera explícita de la siguiente manera: 'An Image of Africa: Racism in Conrad's Heart of Darkness'. Personalmente opino que tanto el libro como el disco y la película (estos dos últimos, por cierto del 79) lo que hacen es precisamente exorcizar y horrorizarse ante la capacidad de destrucción de la civilización occidental. El horror en estas obras surge de ver en las sociedades tribales, no el negativo salvaje de nuestra sociedad, sino un espejo de la misma.
Muchas han sido las consecuencias del meneo al que sometieron The Pop Group al punk. Empezando por los propios miembros de la banda. Tras su disolución se sucedieron proyectos como Mark Stewart and the The Maffia, o las colaboraciones del propio Mark Stewart en New Age Steppers o con Adrian Sherwood en el sello de este último, On-U Sound. The Pop Group no duraron mucho, lo cual era lógico y además conveniente, porque en primer lugar fueron una banda de punk, y por tanto algo necesariamente efímero, y porque al final de sus días se dejaron llevar por la angustia de no poder resolver las contradicciones de su base teórica con la vida en una sociedad ya presidida por la infame Margaret Thatcher. Además, se volvieron excesivamente serios tanto en su música como en sus entrevistas, y esa seriedad solamente funciona de manera excepcional, no como norma. Pero da igual, la diversión la podemos recordar nosotros aunque solo sea investigando las huellas de The Pop Group en las abrasivas guitarras y voz de Birthday Party, en la amalgama –a veces más pasteurizada, pero no menos fascinante- de Wild Bunch y Massive Attack, en los encontronazos estilísticos y culturales del Tricky de Maxinquaye o Pre-Millenium Tension, en Fugazi, en The Ex, incluso en Mano Negra o el primer disco de Burial. Las mismas preguntas planteadas por el grupo de Bristol en su momento continúan, desgraciadamente, sin respuesta, sus heridas siguen abiertas y sangrando, y ese es el motivo de que sigan siendo tan fascinantes.
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